El Universal, Metrópoli, pág. 8, José Luis Luege.
El año pasado el jefe de gobierno anunciaba que en las instalaciones del Bordo Poniente, como se conoce al basurero más grande de la ciudad, se instalaría uno de los sistemas más importantes en el mundo de captura de biogás, proyecto licitado y adjudicado al final de la administración de Marcelo Ebrard.
En 1971 inició el Plan Lago de Texcoco, el cual buscaba la recuperación ambiental de la Zona Federal del Lago de Texcoco. Pese a ello, desde 1982 indebidamente se autorizó el depósito de basura en la zona poniente de dicho Plan; en 1992 el Departamento del DF y la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos firmaron un convenio para establecer el relleno sanitario llamado Bordo Poniente.
Este convenio fue muy general y no establecía condicionantes ambientales excepto en su cláusula IV, donde el DF se obligaba a captar y aprovechar el biogás que generaba este gran tiradero de basura, compromiso que nunca se cumplió y que las autoridades federales tampoco exigieron en un inicio. El hecho es que el tiradero creció sin control y fue hasta el año 2003 cuando la Profepa estableció un procedimiento debido a violaciones a la legislación ambiental, mala operación del relleno y un alto riesgo de contaminación del acuífero. En 2004 la Semarnat ordenó el cierre definitivo del Bordo Poniente, dando un plazo irrevocable de 4 años.
El GDF, siendo jefe de gobierno López Obrador, incumplió el ordenamiento y en 2009 solicitó una ampliación del plazo que también violó; finalmente, en noviembre del 2010, el jefe de gobierno firmó con Conagua el convenio para el cierre definitivo y en diciembre del 2011 se clausuró el ingreso de basura inorgánica al Bordo Poniente con el compromiso de iniciar inmediatamente el sellado para la captación de biogás. La Semarnat ofreció encabezar el proyecto por el impacto mundial favorable que podría tener en recuperación de bonos de carbono; sin embargo, el GDF defendió el hacerlo ellos mismos argumentando tener todo listo para la licitación. Fue hasta diciembre de 2012 cuando el GDF adjudicó a una empresa el sellado y aprovechamiento del biogás con generación de energía eléctrica. Han pasado tres años de la firma del contrato y no se ha hecho absolutamente nada.
Hace dos semanas, el Director de Servicios Urbanos del GDF declaró a los medios de comunicación que “…después de años de liberación de biogás a la atmósfera, la planta generadora de energía tendrá que ser respaldada por una planta de ciclo combinado de gas natural, para lo cual tendrán que contratar un gasoducto hasta las planta en el Bordo Poniente…”. Esto, francamente es una burla para los capitalinos.
Durante los 23 años de operación del Bordo Poniente, el GDF incumplió el convenio firmado para la captura del biogás; desde el 2004 violó el ordenamiento de clausura de la Semarnat y desde el 2012 no se hizo nada para arrancar el proyecto contratado para captura del biogás. Después de tantos años de violación a la norma y de no cumplir sus compromisos, ahora nos dicen que ya no hay biogás suficiente y que están planeando construir una planta de ciclo combinado con gas natural, que además requerirá de un gasoducto especial para hacer llegar el gas natural a la planta de generación eléctrica.
El biogás contiene principalmente metano que es un combustible muy eficiente, pero liberado a la atmósfera es uno de los gases más destructores de la capa de ozono, incluso 20 veces más que el CO2; afecta la salud de las personas y está asociado a otros gases que provocan en una amplia zona del Valle de México olores insoportables. Se estima que en el sitio se han depositado cerca de 80 millones de toneladas de basura y que la generación de metano ha sido de millones de metros cúbicos.
El GDF está obligado al sellado definitivo del tiradero y a la captura de los gases, sea mucho o poco el volumen que se genere. Si se quiere mayor potencia para los servicios, lo recomendable sería instalar una planta de generación fotovoltaica.
El jefe de gobierno es responsable del incumplimiento de los convenios firmados con la Semarnat y de no haber ejecutado el proyecto asignado para la captura del biogás. Es responsable de la gravísima contaminación al medio ambiente y de la afectación a la salud de millones de ciudadanos. Es responsable también por el conjunto de mentiras que se han dicho sobre la captura del biogás en los últimos años. Pero no va a pasar nada, ningún funcionario responsable ni el jefe de gobierno serán juzgados, ni siquiera amonestados por esta grave situación; por el contrario, la jefatura de gobierno sigue siendo la mejor plataforma para la Presidencia de la República a pesar de la incompetencia de sus responsables.
Fuente: El Universal