Excélsior, Global, pág. 2, Almendra Ortiz Zárate.
Después de los atentados terroristas del pasado 13 de noviembre, la ciudad de París vuelve a ocupar los titulares de la mayoría de los medios con la celebración de la vigésima primera Conferencia de las Partes (COP21) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) iniciada el pasado 30 de noviembre y que tendrá lugar hasta el 11 de diciembre de este año. La conferencia reúne a más de 190 países enfocados en reducir el deterioro climático y frenar el calentamiento global mediante la disminución en la emanación de gases de efecto invernadero, para ello, se espera que la cumbre sirva como foro para la firma de un acuerdo vinculante en la materia.
A pesar de que la seguridad es una preocupación generalizada en el marco de este evento, el gobierno francés se ha encargado de reforzar fronteras y de garantizar a los jefes de Estado participantes que la cumbre se llevará a cabo sin alteración alguna, por lo que se han apoyado en ocho mil policías y 120 mil soldados encargados de asegurar el orden durante el desarrollo de la conferencia.
El verdadero reto de la COP21 será alcanzar el acuerdo que se negoció desde 2011 y que no ha sido posible materializar debido a las diferencias existentes entre países desarrollados y en vías de desarrollo, cuyos intereses económicos son distintos y que difícilmente pueden conciliar el cuidado al medio ambiente con el desarrollo económico.
En este contexto, países miembros de la Unión Europea (UE) se han reunido previamente con el objetivo de defender una postura similar a la del resto de los Estados participantes, encaminada a reducir el calentamiento global y evitar que en el largo plazo la temperatura del planeta alcance 2°C por encima de la actual, así como la reducción de los gases de efecto invernadero, el aumento de la eficiencia energética y el uso de energías renovables.
Por otro lado, China y Estados Unidos (EU), identificados como los países que generan mayores emisiones de gases efecto invernadero, se han mostrado accesibles para alcanzar un acuerdo a favor de la reducción de dióxido de carbono, lo que ayuda a aumentar las expectativas de la cumbre en torno a la firma de un acuerdo.
Asimismo, los países miembros de la Unión para el Mediterráneo, integrada por 43 países pertenecientes a la UE, al norte de África y a la región de Oriente Medio, se reunieron desde el pasado mes de mayo para abordar el tema del cambio climático desde una perspectiva regional y así promover sus esfuerzos desde una visión homogénea en la cumbre que ahora se celebra, considerando los retos que enfrentan de manera conjunta en cuanto al cambio climático.
México arribó a la conferencia con el compromiso de reducir en 22% las emisiones de gases de efecto invernadero, disminuir la tasa de deforestación a 0% para 2030 y crear sistemas de alerta temprana para anticipar desastres naturales, entre otros.
La COP21 se muestra más prometedora que las reuniones celebradas anteriormente, pues debe considerarse que de no alcanzar los objetivos planteados y si no logra limitarse el calentamiento global por debajo de los 2°C, los efectos en el cambio climático podrían ser fatales para las generaciones futuras.
* Titular de la Cátedra A.G. Leventis-Anáhuac en Estudios de Chipre. Universidad Anáhuac
Fuente: Excélsior