El Siglo de Torreón, Nacional , pág. 0, Agencias .
En el Annual Energy Outlook 2015, que elabora el Departamento de Energía de Estados Unidos, el gobierno estadounidense señaló que tras el descubrimiento y desarrollo masivo del petróleo y el gas shale, “la producción de gas natural total en los Estados Unidos aumentó 35% entre 2005 y 2013, derivado en gran parte del desarrollo de los recursos de gas de esquisto en 48 estados del país”.
Informes elaborados por la Energy Information Administration (EIA, por sus siglas en inglés y organismo dependiente del Departamento de Energía de EU) con fechas del 21 de octubre, señalan que la producción de gas natural en Estados Unidos se va a incrementar 5.6% y 1.9% en 2015 y 2016, a pesar de los precios relativamente bajos.
Esta situación conlleva, según las previsiones del gobierno de ese país, a que “Estados Unidos se convierta en un exportador neto de gas natural en 2017, impulsado por las exportaciones de gas natural licuado y el aumento de las exportaciones a través de gasoductos a México”.
El secretario de Energía de Estados Unidos, Ernest Moniz, ya había anunciado el propósito del gobierno de ese país de empezar a exportar gas natural mediante el otorgamiento de licencias a partir de 2016, “con miras a ocupar espacios en México y el resto de los países del continente”.
“Esperamos -señaló el secretario en ese momento- exportar hasta 10 mil millones de pies cúbicos diarios (MMMpcd) y la mayor parte se entregará mediante contratos en el hemisferio occidental”.
La EIA, organismo que coordina Moniz, espera que las exportaciones de gas natural a México, en particular del área de Eagle Ford Shale, en el sur de Texas, van a aumentar “debido a la creciente demanda del sector de energía eléctrica en Estados Unidos y porque no se prevé que la producción aumente en el corto plazo”.
“Las exportaciones de gas natural de Estados Unidos a México, vía gasoductos, están aumentando a plena capacidad y en julio de 2015 alcanzaron un promedio de 2.7 MMMpcd en los primeros siete meses del año, un volumen 35% mayor al que se registró en el mismo período del año pasado”, explicó el organismo.
La Secretaría de Energía de México, añadió la EIA, “proyecta que las importaciones de gas van a seguir aumentando para alcanzar un promedio anual de 3.8 MMMpcd en 2018”.
La subsecretaria de Hidrocarburos de la Secretaría de Energía, Lourdes Melgar, comentó durante la presentación de este plan que “con el desarrollo del nuevo sistema de gasoductos, al final de esta administración estaremos en la capacidad de incrementar importaciones de gas, llegando a 9 MMMpcd hacia 2019”.
David Madero Suárez, director general del Centro Nacional de Control de Gas (Cenegas), mencionó que hay un poco de confusión con los volúmenes de importación que México espera en los próximos años, “pero lo que sí es un hecho es que las compras externas van a superar los 5 MMMpcd, es decir, más del doble de lo que actualmente se importa” y por arriba de las expectativas que esperaba el gobierno estadounidense.
México importa a través de Petróleos Mexicanos (Pemex), que hasta ahora es el único ente autorizado para salir a los mercados externos, alrededor de 1.3 MMpcd, de acuerdo con datos a septiembre de 2015.
“No debemos perder de vista que el incremento de la infraestructura para transportar tanto el gas que se produzca en el país, como el de importación, va a favorecer al país porque vamos a asegurar el abasto de este tipo de combustibles, a precio competitivo”, precisó el directivo.
“En todo momento nos vamos a preocupar porque el gas llegue en todo momento en las mejores condiciones posibles en términos de precios”, subrayó Madero Suárez.
Anticipó que el uso doméstico de gas natural se va a masificar en el país y que la Comisión Reguladora de Energía trabaja en la creación de nuevas zonas de distribución.
Buena parte del aumento en la exportación hacia México tiene que ver con el fortalecimiento de los puntos de interconexión en la frontera con México, explica el documento del gobierno estadounidense, “la cual se expandió de 2.5 a 7 MMMpcd en 2014 y está en camino de ampliarse todavía más con varios proyectos de gasoductos programados”.
La estrategia, que forma parte del Plan Quinquenal de Expansión del Sistema de Transporte y Almacenamiento Nacional Integrado de Gas Natural 2015-2019, contempla la construcción y puesta en operación de al menos cinco gasoductos que se interconectan con zonas productoras de Estados Unidos:
El Gasoducto San Isidro-Samalayuca, con 23 kilómetros de longitud por el que se transporta gas natural proveniente de Estados Unidos con la finalidad de generar electricidad en la Central de Ciclo Combinado ”Norte III”, ubicada en Samalayuca, Chihuahua; el Gasoducto Samalayuca-Sásabe, de 650 km que sirve para transportar gas proveniente de la región de Waha, Texas.
El Gasoducto Sur de Texas-Tuxpan, 800 kilómetros de ruta submarina en el Golfo de México para transportar gas desde el sur de Texas hasta Tuxpan, Veracruz; Gasoducto Colombia-Escobedo, de 300 kilómetros que es una opción adicional de suministro de gas proveniente de Estados Unidos, y el Gasoducto Tuxpan-Tula de 263 kilómetros que transporta gas proveniente del sur de Texas para satisfacer los requerimientos de las centrales de CFE ubicadas en Veracruz, Puebla e Hidalgo.
De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y la OCDE, tradicionalmente la geopolítica del sector energético en América Latina se ha caracterizado por abastecer al mercado de Estados Unidos y por una profunda fragmentación, en donde cada uno se mueve por sus propios intereses.
Vía de paso
México está a punto de convertirse en la vía de paso del gas natural que se produce en Estados Unidos y que se pretende enviar al resto del continente americano.
La extensa red de gasoductos que desarrolla la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (Pemex) no sólo tiene el propósito de gasificar al país con combustible importado, sino hacer de la frontera norte “puerta de salida” del hidrocarburo que se produce en esa nación para ser transportado a Centro y Sudamérica, un mercado potencial de 496 millones de consumidores.
David Madero Suárez, director general del Centro Nacional de Control de Gas (Cenegas) reconoció que en la medida en que México tenga más capacidad para transportar el hidrocarburo, “si podríamos ser puerta de salida del gas estadounidense que va por ducto”.
Estados Unidos, detalló el funcionario, está creando mucha infraestructura para procesar gas natural licuado (GNL), sobre todo en la costa este de Texas y Louisiana, y va a empezar a exportar, pero va a ser necesario analizar que es más rentable si llevarlo por barco o vía ductos.
Esa es parte de la integración energética y vamos por ese camino, dijo. “Uno de los proyectos que traemos es salir con gas de Salina Cruz por toda la costa de Chiapas y llegar hacia la frontera para distribuirlo a Guatemala, El Salvador y Honduras.
John England, líder de Petróleo y Gas en Estados Unidos de la firma Deloitte, explicó que si es posible esperar que a con el sistema de ductos de México pueda desplazarse gas estadounidense hacia Centro y Sudamérica.
Consideró que el mercado de Centroamérica no es muy importante. “Los ojos de los productores estadounidenses están puestos en la demanda de Brasil, Colombia y Argentina, en donde se concentra una población cautiva de alrededor de 291 millones de habitantes”, añadió.
Con el enfoque de alcanzar la integración energética del continente americano, los gobiernos de México y Estados Unidos avanzan en la estrategia conjunta de abrir comercio para productores de gas natural de lutitas, el cual corre de norte a sur utilizando la nueva infraestructura de gasoductos que se construye en México: un “sistema circulatorio del país, un circuito de venas y arterías que a su paso irán dotando de energía vital a la nación”, como lo calificó el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell.
Fuente: El Siglo de Torreón