La Jornada, Economía, pág. 36, Andrea Becerril.
La Ley de Transición Energética tiene un año congelada en el Senado debido a presiones de la industria del acero, lo que deja a México en falta, sobre todo al presidente Enrique Peña Nieto, que este fin de mes asiste a la Conferencia sobre Cambio Climático (COP 21), que se celebrará en París.
El senador del PRD Armando Ríos Piter recalcó que uno los principales compromisos que había asumido el gobierno mexicano era llegar a este encuentro con un marco jurídico que ofrezca certeza sobre las metas que habrá de cumplir el país términos de emisiones de gases de efecto invernadero.
Sin embargo, destacó, se escucharán muchos discursos del presidente Peña Nieto, muchos buenos propósitos, pero para efectos prácticos Presidencia de la República y México llegan totalmente desnudos frente a lo que debería haber sido un logro en transición energética.
A su juicio, el gobierno federal ha mantenido una enorme ambivalencia y ha cedido a las presiones de diversos sectores, en particular de la industria acerera, que se oponen a que se apruebe esa ley, ya que en el contexto de la reforma energética han invertido muchos recursos en líneas de conducción de gas natural –que se planteó como la panacea–, de manera que optar por energías renovables, como son la solar y eólica, les representa un costo adicional.
Fuente: La Jornada