La Razón, Negocios, pág. 27, Redacción.
En 10 años, de 2003 a 2013, se ha duplicado la media anual de los desastres naturales en el mundo, a diferencia de la década de los 80, lo que ha generado pérdidas económicas por 1.5 billones de dólares a nivel internacional, mientras que México, en cinco sucesos ocurridos en Tabasco durante ese periodo, obtuvo pérdidas por mil 500 millones de dólares.
Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) se observa que las inundaciones, tormentas y sequías, por el cambio climático, en esa década causaron 83 por ciento de la pérdida de cultivos y ganado.
Esto, debido a que tan sólo el 25 por ciento del impacto negativo de los meteoros recae sobre la agricultura, ganadería, la pesca y la silvicultura.
En su informe: El impacto de los desastres en la agricultura y la seguridad alimentaria, la FAO muestra que de los 78 desastres naturales que tiene registrados en esos 10 años, tan sólo 37, es decir casi el 50 por ciento, ocurrieron en la región de América Latina y el Caribe, por lo que México está en la zona de mayor riesgo.
El documento de la FAO también demuestra que los riesgos naturales extremos afectan a la agricultura y “obstaculizan la erradicación del hambre, la pobreza y el logro del desarrollo sostenible”.
El organismo internacional destacó que más allá de las pérdidas de producción, “los desastres pueden causar desempleo y reducir los ingresos, especialmente para los pequeños agricultores familiares, poniendo así en peligro los medios de vida rurales. Por ejemplo, las inundaciones de 2010 en Pakistán afectaron a 4,5 millones de trabajadores, dos tercios de los cuales estaban empleados en la agricultura y más del 70 por ciento de los campesinos perdieron más de la mitad de los ingresos que esperaban”.
Previo a la Conferencia de las Naciones Unidas contra el Cambio Climático (COP 21) en París, el director general de la FAO, José Graziano da Silva presentó el informe dice que a nivel internacional, el sustento de 2 mil 500 millones de personas depende de la agricultura.
A pesar de la recomendación del organismo internacional, sólo el 4.2 por ciento del total de ayuda gubernamental para el desarrollo se destinó a la agricultura entre 2003 y 2012, lo cual representa menos de la mitad de la meta fijada por Naciones Unidas, de 10 por ciento.
Asimismo, la inversión para la reducción del riesgo ante los desastres naturales es muy baja: ya que en promedio sólo se destinó un 0.4 por ciento de la ayuda oficial hacia el desarrollo, entre 2010 y 2011.
Fuente: La Razón