El Universal, Primera-Opinión, pág. 24-25, Enrique Berruga Filloy
Sin restarle ningún mérito a la hazaña diplomática que se logró en París, hay que reconocer también que el acuerdo está basado en la voluntad de los países por cumplir lo que prometieron en la capital francesa. No hay sanciones para los gobiernos que no cumplan con sus compromisos, ni mecanismos para forzarlos a que honren su palabra. Este es el eslabón más débil del acuerdo global para combatir el calentamiento del planeta.
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Fuente: El Universal