Reforma, Suplemento, pág. 6-7, Alfredo González.
La industria siderúrgica mexicana emite actualmente menos dióxido de carbono (CO2) que el promedio mundial como principal consumidora de electricidad, pero aún así, ahora enfrenta un reto más ambicioso: reducir sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en un 25 por ciento hacia el 2030.
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