La Jornada, Opinión, pág. 20, Iván Restrepo.
El gobierno mexicano ha anunciado diversos programas para reducir la dependencia que el país tiene de los hidrocarburos. La meta es alentar la utilización de fuentes alternas y emprender cambios radicales en el actual modelo energético, depredador de recursos, contaminante y dañino para la salud pública. Todo ello se plasmó en el actual sexenio en una de sus reformas más polémicas. Con ella tienen mayor presencia empresas -en especial las española- que disponen de la tecnología y la experiencia para aprovechar el prometedor mercados de las energías eólica y solar, por ejemplo. No sobra recordar que por décadas las instancias oficiales no brindaron el apoyo requerido a los grupos de especialistas y empresario que en el país trabajaban para lograr autonomía nacional en la materia.
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