El Universal, Primera-Estados, pág. 32, Sin autor.
Durante los últimos 20 años y bajo el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas, México ha mantenido una posición proactiva en la lucha contra el cambio climático que le ha valido el reconocimiento internacional. Acorde a ello, nuestro país se ha comprometido a reducir sus emisiones de GEI en un 30% antes del 2020 y en un 22% adicional antes de 2030. Consideramos que estos esfuerzos son consecuentes con su grado de desarrollo, circunstancias y posibilidades para limitar el calentamiento global a 2°C, objetivo aceptado por la comunidad internacional de expertos en cambio climático.
En México, la Ley de Aprovechamiento de las Energías Renovables y el Financiamiento de la Transición Energética señala que el sector eléctrico debe transformarse para que al 2024 un máximo de 65% de la electricidad provenga de combustibles fósiles. Esta meta se ratifica en la Ley General de Cambio Climático que estipula que el 35% de la generación eléctrica provenga de energías limpias para ese mismo año.
El cumplimiento de las metas de mitigación de nuestro país exige una planeación detallada de la expansión de la generación de electricidad que considere una incorporación acelerada de energías limpias en el Sistema Eléctrico Nacional, que sea vinculante para que brinde certeza a los inversionistas. Esta planeación deberá incorporar también la eficiencia energética como otro de los componentes importantes para reducir las emisiones del país.
Las energías renovables en México, además de contribuir a la meta climática, pueden ofrecen múltiples co-beneficios. Permiten tener una matriz de generación eléctrica más limpia, equilibrada, diversa y por tanto menos vulnerable a los vaivenes internacionales de abasto y de precios, menores impactos a la salud por exposición a contaminantes y generación de miles de empleos asociados con la fabricación e instalación de materiales y equipos.
No podemos perder tiempo, debemos acelerar el paso hacia las energías renovables y la eficiencia energética. Por ello, invitamos al Senado de la República a que se discuta y apruebe la Ley de Transición Energética, para que México pueda impulsar su transición hacia una economía baja en carbono.
Confiamos en que México desempeñará un papel digno y ejemplar en la COP-21. Aprobar la Ley de Transición Energética será fundamental para confirmar que México asume con seriedad sus metas y compromisos para la descarbonización del sector eléctrico y de nuestra economía, tal y como lo están haciendo ya otras economías emergentes. Mostremos al mundo en París que nuestro país está a la altura del desafío climático y que tiene la intención de contribuir decisivamente a la preservación del bienestar de las generaciones actuales y futuras del mundo.
Centro Mario Molina
Fuente: El Universal