El País, Opinión, pág. 14, María José Mulet Rodríguez
Pekín, la capital China, se levantaba hace unos días en alerta roja por contaminación. Es la primera alerta roja por contaminación de su historia. Hubo suspensión de circulación de vehículos particulares y camiones, suspensión de clases en los colegios y horarios flexibles para trabajadores de fábricas. Siendo evidente la gravedad del asunto, todavía había ciudadanos que se quejaban por la toma de estas medidas y llegaban a considerarlas “excesivas”. La concentración de partículas PM2,5 llegaba a 274 microgramos por metro cúbico de aire, 10 veces más del máximo que la OMS considera tolerable.
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Fuente: El País