La Jornada, Política, pág. 13, Arturo Sánchez Jiménez.
La práctica del fracking o fracturación hidráulica es impulsada por las nuevas políticas de extracción de combustibles fósiles en el mundo, lo que ha incrementado la producción de metano, uno de los gases más dañinos para la atmósfera y con efectos aún más negativos que el dióxido de carbono, advirtió Margarita Castillejos Salazar, profesora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
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Fuente: La Jornada