Lunes, 16 de diciembre de 2013
El 15 de diciembre concluyó el Primer Periodo Ordinario de Sesiones del Segundo Año de la LXII Legislatura del Congreso de la Unión, que así llega a la mitad de su ciclo constitucional de tres años. El balance es positivo y también histórico, por la trascendencia de las reformas aprobadas.
El sector empresarial mexicano expresa su amplio reconocimiento a los senadores y los diputados, por hacer de ésta, la Legislatura más productiva que México ha tenido en décadas. Por elevarla a su papel como máxima tribuna de la nación, para la discusión, construcción de acuerdos y toma de decisiones.
Apreciamos el nuevo dinamismo de la política, en su función de generar soluciones para los grandes retos de México; la capacidad de ver a futuro y por el bien nacional, evitando el estancamiento por intereses y necesidades de corto plazo; restableciendo en gran medida una relación republicana entre los poderes de la Unión.
Los diferentes sectores de la sociedad hemos contado con espacios para exponer nuestras inquietudes y propuestas, que han sido tomadas en cuenta para enriquecer o hacer rectificaciones. En nuestro caso, se han incorporado proposiciones y demandas históricas de los empresarios.
Por la vía del consenso, se lograron reformas de fondo, urgentes y fundamental es para México. En este sentido, se aprovechó al Pacto por México, que también fue un eficaz medio para delinear una agenda clara de prioridades y de compromisos para abordarlos puntualmente.
Esto es muestra de lo mucho que puede lograrse, cuando se suman fuerzas en torno a las muchas coincidencias que existen, dentro de la pluralidad. Es un signo de madurez democrática, como también lo son las reformas aprobadas por la conformación de mayorías, como lo facultan los principios de toda democracia.
Por este camino se construyó la reforma fiscal. Muchos estuvimos en desacuerdo, pero la avalamos como producto de un proceso democrático. Lo mismo esperamos de parte de quienes están inconformes con la reforma energética recién aprobada, y que es fundamental par a el futuro de México.
En general, las notas dominantes del trabajo legislativo han sido la consecución de resultados y el calado de las reformas.
En el Primer Año de la Legislatura, se aprobó una amplia actualización de la ley Federal del Trabajo, que no había tenido cambios significativos desde hace más de 40 años. Por distintas razones, este año no se dio el efecto buscado de impulsar vigorosamente la creación de empleos. El sector empresarial promoverá mejoras puntuales en la ley y una estrategia para incentivar la formalización, a fin de detonar el potencial de esta reforma.
Igualmente importantes fueron la nueva ley de amparo, que fortalece a este instrumento fundamental del derecho mexicano, la ley de combate al lavado de dinero, y en el pasado periodo ordinario, el avance hacia un Código de Procedimientos Penales para todo el país.
Se concretó una reforma constitucional de enorme relevancia en materia educativa y sus leyes reglamentarias, para que la cultura de evaluación y profesionalización magisterial superen a las prácticas anacrónicas que reproducen el estancamiento y el chantaje de intereses sindicales y políticos. Todavía hay mucho trabajo por delante, pero se ha dado un paso contundente para que las cosas cambien.
De igual manera, se lograron cambios constitucionales de gran calado en telecomunicaciones y competencia, los cuales abren enormes oportunidades de crecimiento y permitirán abatir rezagos.
Se avanzó en el fortalecimiento de la transparencia y las instituciones, otorgando autonomía constitucional al IFAI, y se completó una profunda reforma financiera para impulsar el crédito, la certeza jurídica a la inversión y la solidez del sector.
Por su parte, la reforma política-electoral incorpora demandas históricas de la sociedad civil, como la reelección de legisladores y alcaldes, la autonomía de la PGR y el perfeccionamiento de nuestro sistema electoral. Procede que la legislación baje efectivamente a la práctica, en el objetivo de empoderar a los ciudadanos.
En materia fiscal, si bien hubo aspectos positivos, nuestras diferencias en puntos medulares son del conocimiento público. Queremos ver hacia delante, pero proponemos dar un seguimiento para detectar oportunamente aquello que genere efectos adversos, y con los ajustes que fuesen pertinentes, afianzar bases tributarias que den certidumbre jurídica y económica para los próximos años a todos los agentes, inversionistas nacionales y extranjeros, y al sector público.
Finalmente, la reforma energética que acaba de aprobarse es el cambio económico más importante realizado en el país en varias décadas. Se traducirá en mayor crecimiento económico, inversiones, empleos, abasto eficiente de combustibles, con precios más bajos y competitivos, así como nuevas oportunidades para todos los mexicanos.
Con esta reforma, México completa un paquete de reformas estructurales que desde hace muchos años eran necesarias, indispensables para relanzar la competitividad y el crecimiento económico.
Desde luego, quedan asuntos pendientes muy importantes, las cuales deben ser prioridad para el próximo Periodo Ordinario. En primer lugar, todas las leyes reglamentarias que se necesitan para aterrizar las reformas: en particular, en materia de telecomunicaciones, competencia, energía y política.
Desde el comienzo del próximo año, el sector empresarial concentrará esfuerzos para participar activamente en este proceso. Es una prioridad estratégica.
Destacan por otro lado dos frentes en los cuales hay que hacer un esfuerzo sustancialmente mayor: seguridad pública y Estado de derecho. Que ya no se retrasen temas como la constitución de la Comisión Anticorrupción Ciudadana y que se complemente toda la legislación que esté pendiente en seguridad.
Confiamos en que la actual Legislatura cumplirá con estos retos, a partir del buen precedente de esta primera mitad de su gestión. Por lo pronto, con altura de miras, nos ha dejado un legado muy importante en la ronda de reformas aprobadas.
Son cimientos sólidos para el progreso de México, a los que debe seguir su instrumentación efectiva en los tres órdenes de gobierno y en los tres poderes de la unión, pero sobretodo en la sociedad mexicana: cumplir y hacer que se cumpla la ley, y trabajar coordinadamente para que las oportunidades se conviertan en hechos. La responsabilidad es de todos.
Felicidades a la Sesenta y Dos Legislatura, 16 Reformas Constitucionales aprobadas, es un logro sin precedentes en la historia reciente del constituyente.