Claudia Castro
ACAPULCO.– Si se logra consolidar la transformación estructural que las autoridades mexicanas emprendieron en los últimos meses, el Producto Interno Bruto (PIB) del país se puede elevar en varios puntos porcentuales, “a cerca de cinco por ciento, en un plazo históricamente corto”, confió Agustín Carstens, gobernador del Banco de México.
“No se trata de un entusiasmo más o menos efímero, o de un impulso circunstancial. No deberíamos perder de vista que estamos hablando de una trasformación, de acuerdo a palabras de Octavio Paz, que se inscribe en la cuenta larga en la historia de los pueblos y las naciones”, aseguró.
Al participar en la inauguración de la 77 Convención Bancaria, “La banca impulsa la transformación de México”, el también exsecretario de Hacienda dijo que está en marcha un plan que satisface los tres pilares con los que debe contar cualquier país emergente para impulsar su crecimiento en un escenario de incertidumbre.
Éstos son fundamentos macroeconómicos sólidos, en materia externa tener una situación “pertrechada”, aun cuando existen escenarios estresados y, la aplicación de reformas estructurales sin precedentes.
Con respecto a esta última, Carstens aseguró que la política económica de los últimos 20 años estableció las bases para que sea factible aplicar las reformas estructurales y, hacia adelante, el país debe esforzarse para que dicho escenario se preserve.
“Este ambicioso proceso reformador que está en curso, busca cambiar la estructura de la economía mexicana y aumentar la productividad de los factores de la producción. De lograrse esa transformación, significará elevar en varios puntos porcentuales el PIB potencial de México y hacerlo en un plazo que sería históricamente corto”, reiteró el gobernador del banco central.
Sobre la Reforma Financiera comentó que se trata de una serie de iniciativas que combinan los elementos necesarios para dar una mayor solidez al sector y los incentivos adecuados en materia de competencia, lo que a la larga impulsará el crecimiento y la penetración de créditos.
En materia de inflación, explicó que el nivel de precios tuvo dos perturbaciones en los últimos meses, siendo la primera el alza en el costo de productos agropecuarios y tarifas del transporte público al cierre de 2013. En segundo lugar se tuvieron las modificaciones tributarias que entraron en vigor en 2014, y que elevaron la tasa de inflación por encima de cuatro por ciento.
De acuerdo con Carstens, el nivel inflacionario bajó hasta encontrarse dentro del rango meta del banco central al cierre de la primera quincena de marzo, por lo que es previsible que termine este año por debajo del cuatro por ciento e inicie una convergencia al tres por ciento en 2015.
No hay espacio para fundamentos mediocres
Sobre la situación mundial, el gobernador del Banco de México destacó que han sido descubiertas vulnerabilidades en los fundamentos económicos de varios países, en particular en aquellos donde tanto el sector público como privado están altamente apalancados, y esto genera profundos déficits fiscales.
A esta situación se suma que las economías avanzadas han crecido por debajo de potencial desde 2008.
Ante este escenario, Carstens consideró que el principal riesgo que viven los países emergentes es la salida masiva de capitales foráneos como resultado de la debilidad interna y los cambios de política monetaria en las naciones desarrolladas, como EU.
“El reto que enfrentan es cómo estimular su crecimiento sin comprometer la estabilidad financiera en un entorno de incertidumbre”, agregó.
Para resolver lo anterior, una de las propuesta en el Grupo de los Veinte es la colaboración internacional, armando un paquete de respuestas donde participarían tanto países emergentes como avanzados.
Fuente: Excélsior en línea, Dinero, 04-04-2014